Las vitrinas son, sin dudarlo, uno de mis muebles favoritos. Ya sólo el nombre tiene un aire evocador que me teletransporta a palacios versallescos o isabelinos. Pero no es sólo eso, estos muebles tienen una versatilidad increíble como sistemas de almacenaje, algo imprescindible para quienes les gusta tener todo ordenado, colocadito y a la vista, porque soy de las que piensan que las cosas bonitas hay que lucirlas, ¿no creéis?
Las vitrinas pueden estar fabricadas en un montón de materiales aunque a mi, particularmente, me encantan las de madera de estilo envejecido, esas que dan un rollo muy vintage a cualquier habitación. Sobre todo me gustan en colores claros pero siempre dependerá mucho del resto de mobiliario de la habitación.
En general, una vitrina va bien en cualquier lugar, y para que lo comprobéis, os dejo unos ejemplos para que os inspiren:
1. Una vitrina en el COMEDOR es perfecta para guardar tu vajilla, libros, o cualquier elemento decorativo como esos platos de cerámica que tanto me gustan o, por qué no, como mueble bar con encanto.
2. Otro lugar recomendable es, por supuesto, una vitrina en la COCINA. Aquí podrás tener tus cacharros bien ordenados y a la vista lo que, te aseguro, te ayudará a tener un poquito más de orden en tu cocina.
3. En tu DORMITORIO también quedará super bien, sí sí, has leído bien, en el dormitorio una vitrina es perfecta. Ahora estarás pensando ¿Y qué voy a meter yo ahí dentro? Pues muy facil, todo lo que se te ocurra, aunque yo te propongo dos ideas fantásticas: Puedes utilizarlo, por un lado, para guardar tu ropa de cama y por otro, -y aquí viene mi favorito- para organizar tus zapatitos. ¿No os parece genial? Es una solución increible para tener, por fin, ordenados tus zapatos y así no perderás de vista los preciosos tip-toe's que te compraste la temporada pasada o los nuevos blucher que tanto te gustan.
Espero que os haya gustado el post.
¡Hasta la semana que viene!
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