Estas baldosas, cuyo origen data del siglo XIX, se fabrican de una en una de forma artesanal, comprimiendo cemento en un molde metálico con una prensa hidráulica, de ahí su nombre. A pesar de su antigüedad se han renovado y están de moda.
Las podemos encontrar lisas, en blanco y negro, o combinando varios colores. Quedan bien en suelos y paredes, y sirven para exteriores, cocinas y baños. Su presencia es tan fuerte que podría dejarse cualquier habitación decorada sólo en blanco, pero también pueden combinarse con muebles en distintos estilos, creando así un ambiente ecléctico y de aspecto vintage.
Os dejo unos ejemplos de cómo queda en un montón de estilos.
Aquí en un comedor en blanco y negro, con sillas Plastic y Bertoia.
Y aquí en un comedor más rústico y vintage.
Salón del apartamento de la diseñadora Teresa Helbig.
Terraza de estilo marroquí.
Alegrando la pared blanca de este salón mid century.
Pueden colocarse con éxito en cocinas.
Visto en No me manches el suelo
Y por supuesto en baños...
Visto en Espacio Vital
Mosaicos clásicos en
varios colores combinados con sillas y mesa Tulip, o con el sillón Coconut.
También se puede optar por mosaicos con diseños más modernos.
Y por último se pueden colocar como más me gustan a mí, formando un collage.
Visto en No me manches el suelo
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